Ajenatón, Akhenatón o Akenatón, fue el décimo faraón de la XVIII dinastía de Egipto. Reinó entre los años 1353-1336 antes de nuestra era. Su reinado inicia el denominado período de Amarna, nombre que se debe al nombre árabe actual del lugar elegido para fundar la nueva capital: la ciudad de Ajetatón u Horizonte de Atón.
Es recordado por introducir transformaciones radicales en la sociedad egipcia, al convertir al dios Atón en la única deidad del culto oficial del Estado, rompiendo con el ancestral y enraizado politeísmo. Es el primer reformador religioso del que se tiene registro histórico. Con todo, su reinado no sólo implicó cambios en el ámbito religioso, sino también reformas políticas y artísticas. Se le consideró hereje por ello y se persiguió y destruyó cuantas obras pudieran recordar su reinado.
Su reinado coincidió con un período de excepcional importancia en Egipto. Liberado del yugo de los gobernantes hicsos, Egipto se convirtió en una potencia militar al dominar los territorios aledaños: por el sur, a Nubia, abundante en minas de oro y puerta de acceso fluvial al África negra, con sus riquezas en forma de marfil, pieles y maderas; y, por el norte, a Siria y Canaán, donde Egipto se aprovisionaba de telas, maderas y diversos minerales.
Como consecuencia, Egipto se convirtió en un país opulento y los faraones se volcaron en promover grandes construcciones y embellecer el país. Akenatón heredó, pues, un estado en muy buena posición financiera y económica, que el faraón utilizó para sus fines políticos.
Durante los reinados de Amenhotep III y Thumotsis IV se adoraba a Ra y se había introducido de nuevo el culto a Atón, que formana la tríada creadora junto a Shu y Tefnut. Con Akenatón se impuso la adoración a un sólo dios Atón y se prohibió el culto a Amón.
Akenantón intentó, como ya había hecho su padre, aminorar el poder que el sumo sacerdote de Amón había adquirido. Según los historiadores, fue alrededor del quinto año de reinado en solitario cuando el rey Amenhotep IV abandonó su nombre de nacimiento en honor al dios Amón y adoptó el de Akenatón.
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